Mariano celebra uno de sus goles.
Mariano celebra uno de sus goles.
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EFE.

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Mariano le cambió la cara al Real Madrid, en triunfo ante Villarreal

El cuadro madrileño se impuso por 3-2.

Dos goles del hispano-dominicano Mariano Díaz cambiaron este domingo la imagen del Real Madrid, como pidió Zinedine Zidane, ante un Villarreal que tendrá que esperar hasta el final para sellar su permanencia, en un duelo que comenzó marcado por el apoyo del madridismo a su eterno capitán, Iker Casillas.

Debió ser un día especial en el Santiago Bernabéu, pero a estas alturas el madridismo no está para poblar las gradas de su estadio. La decepción de un curso repleto de sufrimiento propició la entrada más pobre de toda la temporada el día en el que se mandó un mensaje de admiración eterna y ánimo a Iker Casillas. El homenaje perdió emoción por la imagen de la grada, pero no trascendencia.

En el campo surtió efecto el 'toque' serio de Zinedine Zidane tras el esperpento de Vallecas. El Real Madrid volvió a enchufarse y, ya que la penitencia hay que cumplirla hasta el final, salió a divertirse ante un rival que juega y deja jugar como el Villarreal.

Dos errores calcados marcaron el inicio. Extraño ver excesos de confianza en jugadores de la experiencia de Cazorla y Casemiro. A los dos les robaron la cartera en la zona de castigo para el medio centro.

Era el minuto 2 cuando la presión de Brahim dejó a Mariano la oportunidad deseada y definió con delicadeza a la red. El 11 cuando el balón le cayó a Gerard Moreno, que firmó un zurdazo a la escuadra, inalcanzable para un Courtois que repitió en la portería en el primer guiño que le dedica Zidane.

El Real Madrid jugó con un ritmo mayor. Robó y corrió. Fue directo. Pudo aumentar su ventaja con otra ocasión de Mariano y un disparo cruzado de Lucas Vázquez en jugadas que nacieron de un Kroos que dominó desde la medular. Pero le llegó el castigo del empate de un Gerard que había avisado tras un córner con un disparo a la grada que no rebajó su confianza.

El Villarreal buscaba un punto que le acercase a la permanencia. Está a un paso aún por culpa de su inestabilidad defensiva. Le generan peligro con poco. Los acercamientos del Real Madrid siempre acabaron en llegadas ante Andrés Fernández, salvado por un poste en un derechazo precioso desde la frontal de Carvajal y firme ante disparos de Brahim, Kroos y Marcelo.

Las opciones del 'submarino amarillo' en ataque pasaban en buena parte por el pulso de Samu con Marcelo. Apenas exigió al brasileño en el primer acto y cuando le encaró se marchó para probar a Courtois, que dejó a la media hora una mano salvadora abajo en una buena estirada. No fue la única pese a acabar encajando dos tantos.

Sin esa exigencia defensiva esperada, Marcelo se liberó en ataque. De un disparo suyo desde la frontal nació un tanto decisivo a cinco minutos del descanso. El balón quedó muerto tras impactar en Quintillà y, a placer, Vallejo marcó su primer gol de blanco y se llevó una alegría en una temporada sin apenas minutos.

El guión se repitió en el segundo acto. Cualquier intención de reacción del Villarreal se desplomó con otro tanto tempranero de Mariano. Su doblete -ha marcado los mismos tantos en un partido que en toda la temporada- llegó tras un nuevo despiste defensivo de Quintillà, que sufrió en su estreno en el Bernabéu.

Su espalda fue un carril para Carvajal, que puso el tanto en bandeja al 9 del Real Madrid ante la ausencia de Karim Benzema.

Los intentos de Samu se sucedieron para devolver la vida a un partido que rebajó su interés hasta la irrupción del esperado Vinicius. A Chukwueze, perla de la cantera durante años del Villarreal, le espera un gran futuro en el fútbol. Descarado, veloz y directo. Buscó el gol sin éxito.

También le esperan grandes duelos a Brahim, que jugó con personalidad y dejó un regate eléctrico de tacón, en una acción que habría sido un gol para enmarcar si no llega a ser por una parada de balonmano con un pie de Andrés. Se lució también ante Marcelo para evitar la goleada y Vinicius encendió a la afición que aún acude al estadio madridista.

Después de dos meses de ausencia, tuvo 16 minutos para mostrar su esencia. Pudo firmar su vuelta con un gol, pero la puntería es su tarea pendiente a mejorar con Zidane.

Parecía muerto el partido cuando en el minuto 94 llegó un gran disparo de Jaume Costa tras una asistencia de Gerard que puso emoción a los últimos segundos.

EFE

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